martes, 23 de octubre de 2012

                     
                       LITERATURA



El mundo griego nos ha legado las grandes ideas universales y las bases fundamentales de nuestro pensamiento, mientras que, siglos después, Roma las extendió por un inmenso territorio que abarcaba todo el Mediterráneo y se ha dado en llamar el “Imperio”. Y nuestro actual mundo occidental, en buena parte, está formado por la tradición romana: su manera de entender la vida (las costumbres, el Derecho, el Cristianismo) y, sobre todo, su idioma, el latín, lengua madre de nuestro romances medievales y, por tanto, de nuestra lengua castellana. Todos son elementos primordiales para entender nuestro presente más inmediato.
 En muchos aspectos, los escritores de la República romana y del Imperio romano eligieron evitar la innovación en favor de la imitación de los grandes autores griegos. La Eneida de Virgilio emulaba la épica de Homero, Plauto seguía las huellas de Aristófanes, Tácito emulaba a Tucídides, Ovidio exploraba los mitos griegos. Por supuesto, los Romanos imprimieron su propio carácter a la civilización que heredaron de los griegos. Sólo la sátira es el único género literario que ya los romanos identificaron como específicamente suyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario