VIVIENDA
La
vivienda primitiva romana es típica del mundo mediterráneo: una cabaña
redonda u ovalada -según el terreno- con techo cónico de troncos
recubierto con cañas y pajas.
A la hora de clasificar las viviendas del mundo romano, se ha establecido la siguiente tipología:
Insulae:
edificio de apartamentos donde, en alquiler o en propiedad, vivían los
ciudadanos más pobres. Muchas veces quedaban reducidos a una habitación
multiuso. Vitrubio, el gran arquitecto del mundo romano, decía que estas
insulae se construían muy deprisa, con materiales de muy mala
calidad y que por ello estaban expuestas a hundimientos e incendios. A
medida que Roma fue creciendo y debido también a la proliferación de
hombres ricos, propietarios de una grandes solares que favorecieron la
"especulación inmobiliaria", fue necesario elevar la altura de las insulae, aunque ya Augusto prohibió su elevación más de 70 pies por motivos de seguridad.
Domus:
vivienda particular, ocupada por un solo propietario y su familia, que
normalmente consta de un solo piso. Sus dimensiones son muy variables
dependiendo del poder económico del propietario así como de sus gustos e
intereses. Conservamos magníficos ejemplos de este tipo de viviendas en
Pompeya y Herculano.
Villae: son viviendas en zonas rurales que, según su uso se denominan villae rusticae,
si están dedicadas a las labores agrícolas y ganaderas, con graneros,
bodega, granja de animales, etc., una especie de cortijo; y villae urbanae si están dedicadas al disfrute y descanso del propietario y su familia.
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